martes, 18 de agosto de 2015

El problema de la huella de agua en Chile y sus variantes debido al cambio climático.

 Yanira Comoletti


Agosto de 2015.

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo busca abordar la temática de la huella hídrica, concebida como un concepto que buscar medir y concientizar a la población en relación al irracional consumo de los recursos hídricos y los efectos que dicho consumo acarrea, tanto en el ámbito global, como en el ámbito local.
Para cumplir con lo anterior se expondrá la definición del concepto, acompañada de un análisis de la situación en el país, lo que nos permitirá visualizar, al menos de una manera concreta, el alcance y la relevancia de lo que se pretende exponer aquí.
El objetivo de este documento es poner de manifiesto la existencia de un concepto que, si bien no es ampliamente conocido, su difusión e internalización puede ser de vital importancia de cara a la preservación de nuestros recursos hídricos, tan vapuleados por la acción del hombre y los cambios que ésta ha generado en el medio ambiente.


CONCEPTOS

Para abordar el tema de la huella del agua se debe establecer en primera instancia algunos conceptos.
El primero de ellos es la "Huella ecológica".
La "huella ecológica" es una creación (1996) del Suizo Mathis Wackernagel, experto en desarrollo comunitario, y del profesor Canadiense William Rees, ambos de la Universidad de British Columbia, Vancouver. Ellos lo definen como "el área de territorio productivo o ecosistema acuático necesario para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población definida con un nivel de vida específico, donde sea que se encuentre esta área".

Este concepto de huella ecológica es un instrumento que nos permite establecer o evaluar el impacto sobre el medio ambiente de las acciones que se realizan en éste. A modo de ejemplo, tener la luz encendida toda la noche: lo que se evalúa es el gasto de recursos naturales en términos generales, para de esta forma obtener datos de las necesidades humanas respecto de éstos recursos y hacer estimaciones respecto del gasto e intentar predecir en cuanto tiempo estos recursos gastados son regenerados.

Además de lo anterior, tenemos una serie de conceptos derivados, como por ejemplo, el de "huella de Carbono", que es el más conocido, sin embargo, no es de interés para el presente trabajo, y el de "huella hídrica", que es el que abordaremos en mayor profundidad. Para definirlo necesitamos verificar la cantidad de consumo de agua dulce no solo en humanos, sino también lo utilizado en procesos productivos, que en el caso Chileno con la industria de la minería e industria energética, basada en la construcción de centrales hidroeléctricas a lo largo del país, se eleva peligrosamente. Además, se estima que se puede evaluar la huella hídrica de un individuo y esto puede calcularse en base a la cantidad de agua total que se necesita para producir los bienes y servicios consumidos por éste: ésta puede ser agua dulce consumida, contaminada o evaporada, esto en el marco de una cantidad de tiempo definida predeterminadamente.
A su vez, existen los siguientes conceptos derivados de este último:
Huella hídrica de agua azul, la cual es la utilizada en reservas mundiales de agua dulce
Huella hídrica de agua verde, la utilizada en humedad y aguas lluvias.
Huella hídrica de agua gris, el agua contaminada utilizada en distintos procesos productivos.[1]



Lo ideal para mantener en su mínima expresión la huella hídrica es observar los procesos productivos en que se utiliza y ajustarlos a la realidad medio ambiental para así mitigar de alguna manera el impacto medio ambiental y así obtener la ansiada neutralidad hídrica, buscando la utilización de los recursos hídricos de manera eficiente y sustentable.

  
SITUACIÓN EN CHILE

El cambio de paradigma necesario para manejar de manera eficiente nuestros recursos hídricos en imprescindible:

"De momento, la entidad que lidera la definición de estándares es la Water Footprint Network (Red de Huella Hídrica), una fundación sin fines de lucro con sede en Holanda que ya calculó la huella de una taza de café, 140 litros de agua, o de un kilogramo de arroz, 3. 400 litros.

Entre los asociados chilenos a la Water Footprint Network figuran la Fundación Chile, la Universidad de Chile, la consultora Green Solutions y las empresas vitivinicultoras Concha y Toro, De Martino y Errázuriz.

Hoy, la Fundación mide en forma piloto la huella de agua de productos, empresas y cuencas, principalmente en la Región de Atacama, semidesértica, con escasez hídrica, gran minería y agricultura de exportación.

En diciembre estarán listos los resultados de seis empresas agrícolas de las cuencas de los ríos Copiapó y Huasco, en Atacama, productoras de uva de mesa, palta, hortalizas y olivos.

Con parte de esos datos, la institución está calculando la traza hídrica de toda la cuenca de Huasco. Y para tener ese mapa completo se dispone a medir, por primera vez en el mundo, el impacto de la actividad minera en el agua.
Ya hay compañías interesadas. En esa zona está el controvertido yacimiento binacional de oro y plata Pascua Lama, que va a explotar la corporación canadiense Barrick Gold.
Es que la huella hídrica no es comparable si las empresas que producen un determinado bien están ubicadas en lugares geográficos con diferentes patrones pluviométricos o composiciones del suelo.

En la cuenca, en cambio, "puedo concluir que la uva de mesa es mucho más eficiente en términos de consumo hídrico que la hortaliza, o viceversa".[2]

Con los antecedentes anteriormente expuestos, extraídos del diario La Nación, podemos estimar que en un futuro el tema de la huella hídrica deberá ser objeto de estudio de la gestión pública, aún más si consideramos que hasta hace poco tiempo tuvimos un importante movimiento social respecto a los recursos hídricos en la Patagonia y las relaciones contrapuestas que se generan entre distintos sectores de la sociedad, llámense mineros, agrícolas, hidroeléctricos u organismos públicos. También en el mundo privado se podrá convertir en un plus sumando valor agregado al producto final con el aporte de ésta información.

"Los recursos hídricos de Chile deben responder a múltiples demandas: agua potable, producción de alimentos, energía, bienes industriales y mantenimiento de los ecosistemas naturales. El principal uso del país para uso consuntivo es el riego, que representa el 73% de las extracciones a nivel nacional. Para este fin,  se utilizan 1,1 millones de hectáreas regadas, las cuales se localizan casi completamente entre las regiones de Coquimbo a Los Lagos".[3]

Según lo anterior, variadas situaciones afectan la reserva de recursos hídricos, las sequias a las que como país nos hemos visto expuestos en los últimos años no tienen ciclos concretos para intentar predecir su existencia o como atenuar sus daños, la reserva de éstos recursos está íntimamente ligada al concepto de cambio climático, ya que, si como es la tendencia aumenta la temperatura global, nuestras reservas concentradas en la cordillera con el agua nieve se verán afectadas de manera drástica e impactarán de sobremanera a los ríos que alimentan distintos sectores.

La OCDE ya pronosticó que para el 2025 el 47% de la población mundial vivirá en zonas marcadas por el estrés hídrico o falta de agua.[4]

Son estas razones las de real importancia para tomar conciencia, respecto a evaluar la situación de este recurso vital y, a partir de la evaluación, crear planes de mitigación y racionalización del uso de agua.

Analizando algunos casos del sector privado en donde la huella hídrica es un punto fundamental y se crean planes en torno a la utilización sustentable del recurso hídrico son:

"Cemento Polpaico, por ejemplo, está recuperando el agua servida de una comunidad en Tiltil (cerca de 60 casas) y una vez tratada en una innovadora planta, se la reparten en partes iguales.  
Con las mineras de Iquique, Fundación Chile ha trabajado en la protección de la biodiversidad; Codelco y Collahuasi tratan los drenajes de ácido y con Escondida se ha buscado aprovechar su entorno desértico para implementar paneles solares que permiten calentar las soluciones de electrolitos, con lo que han logrado disminuir el uso de diésel."[5]

Ahora bien, si hay algunas empresas que se han hecho cargo de ésta situación, esto es un concepto relativamente nuevo, además que se debe considerar el hecho en que variadas empresas se han visto en la obligación de restringir los recursos hídricos disponibles a raíz de la sequia por la cual se han visto afectados a causa del cambio climático

 


INFLUENCIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y CÓMO NOS AFECTARÁ

Al Gore, vicepresidente de EEUU, en su famoso documental “Una verdad incómoda”– (“An Inconvenient Truth), trata la degradación del planeta y nos pone en alerta sobre un posible cambio climático irreversible. En una de sus secuencias hace referencia al “síndrome de la rana hervida” (“boiled frog syndrome”) como símbolo de lo que nos puede suceder si no corregimos el calentamiento global que estamos sufriendo. Dicho síndrome hace referencia al efecto de un cambio gradual en la temperatura global, la cual no percibimos, pero lentamente nos fríe.

En el documental "IMANQACHÁ ¿Qué es lo que pasará?" se muestra la incertidumbre de agricultores, de diferentes lugares del Perú, ante los efectos del cambio climático que se está experimentando:

Dicen: “Falta agua, poca agua en los puquiales y más incertidumbre por el clima”. “Ahora el frío es más fuerte y el calor más intenso”. “Antes se echaba el maíz en el mes de setiembre, ahora no por que las lluvias no caen, como se espera a partir de noviembre”. “Las cosechas están atrasadas, antes se iniciaban en el mes de junio”. “…ya no se cree en la pachamama, antes los padres y abuelos si, ahora estamos con Dios”.

La mayoría de agricultores perciben un cambio en el clima, pero debido a la pérdida de conocimiento tradicional se ven afectados en su seguridad alimentaria. Los signos o señales se están dejando de observar, y cada vez son más difíciles de interpretar para los momentos de siembra.[6]

Dicho en otras palabras, el efecto del cambio climático no sólo afecta al medio ambiente en sí, a la preservación de las o la salud de las personas, sino que también representa un grave riesgo para la conservación de aspectos culturales propios de ciertas zonas que se han basado históricamente en la naturaleza para asegurar su subsistencia.

CONCLUSIÓN

El concepto de huella hídrica está siendo cada vez más conocido por la población mundial, principalmente debido al surgimiento de una nueva conciencia ecológica producto del avance sostenido que ha experimentado el cambio climático en todo el planeta. En la medida que se alcance cada vez mayor conocimiento de este concepto, sería posible tener un pequeño control sobre la problemática asociada, no sólo en Chile, sino que también en el resto del mundo.
Debemos tener en cuenta que nuestro país aún ostenta una autosuficiencia hídrica en relación al total de la huella hídrica actual para el resto del planeta, sin embargo, la sobreutilización de recursos hídricos por parte de ciertos sectores industriales, sumado al desconocimiento, inconciencia e, incluso, desidia del ciudadano común respecto a la problemática puntual, puede generar una crisis a mediano plazo, de la cual hemos visto algunos efectos, manifestados en la prolongada sequía que afectó a la zona central durante los últimos años, hecho que, adicionalmente, incidió en una elevación sostenida del costo de vida.
El objetivo, entonces, es buscar la generación de un cambio en el modelo mental de uso de recursos naturales, particularmente de los recursos hídricos, con el fin de preservar y extender su existencia por más tiempo del que algunas catastróficas proyecciones han determinado.




[1] Obtenido desde página web: http://www.aclimatecolombia.org/huella-hidrica/, consultado el 13/08/2015
[4] Obtenido desde página web: http://www.inacap.cl/tportalvp/?t=237&i=528&cc=32865.2688&tm=3, consultado el 13/08/2014

[6] Obtenido desde página web: http://gsagua.com/ronald-ancajima-ojeda/el-cambio-climatico-nos-afectara/, consultado el 14/08/2015.

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